“Lo siento, no voy a sobrevivir. Los amo”: El padre que murió salvando a su familia de las inundaciones en Texas

Luis Alfredo Ledezma
3 Min de Lectura
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En medio del caos provocado por las devastadoras inundaciones que azotaron Texas (EEUU) durante el fin de semana del pasado 4 de julio, emergió una historia que ha conmovido a todo el país: la de Julian Ryan, un joven padre de 27 años que dio su vida para salvar a su familia.  
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En medio del caos provocado por las devastadoras inundaciones que azotaron a Texas (EEUU) durante el fin de semana del pasado 4 de julio, emergió una historia que ha conmovido a todo el país: la de Julian Ryan, un joven padre de 27 años, quien dio su vida para salvar a su familia.  

De acuerdo con People, mientras el río Guadalupe se desbordaba con furia, Ryan, extenuado tras un turno como lavaplatos, dormía en su casa rodante en Ingram junto a su prometida, sus dos hijos pequeños y madre. 

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Lo que comenzó como una noche tranquila, se convirtió en una pesadilla de agua, oscuridad y decisiones imposibles. 

Cuando el agua comenzó a invadir la vivienda, Ryan y su pareja intentaron mantener a flote a los niños colocándolos sobre colchones. La puerta del dormitorio no cedía ante la presión del agua, y la única salida fue una ventana.  

Con una mezcla de desesperación y valentía, Ryan la rompió con sus propias manos, pero un trozo de vidrio le cortó una arteria del brazo. A pesar de la herida, logró ayudar a su familia a escapar.  

Sus últimas palabras, dirigidas a su madre mientras se desangraba en sus brazos, fueron: “Lo siento, no voy a sobrevivir. Los amo”. 

El cuerpo de Ryan fue recuperado solo cuando las aguas retrocedieron. Su familia, devastada, lo recuerda como un hombre alegre, protector y profundamente amoroso. 

Su hermana, Connie Salas, relató que no hubo tiempo para escapar ni advertencias suficientes. “Se despidió como un héroe”, dijo. 

La tragedia no solo dejó una pérdida irreparable para su familia, sino que también expuso la vulnerabilidad de muchas comunidades ante fenómenos naturales cada vez más extremos. 

Mientras tanto, los equipos de rescate continúan trabajando sin descanso. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, envió tres equipos especializados en rescate en aguas rápidas para apoyar las labores en Texas, y el presidente de EEUU, Donald Trump, declaró estado de desastre mayor, activando recursos federales para los damnificados. 

La cifra de fallecidos ya supera las 100 personas, incluidos varios menores, y decenas siguen desaparecidas, especialmente en el campamento de verano Camp Mystic, donde niñas dormían cuando el agua arrasó con todo. 

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